He titulado este análisis 'Las consultas internas: un ¨aparente¨ desencuentro entre ley y política', utilizando el adjetivo 'aparente' de forma deliberada —y entre comillas bien puestas—, no como un mero aforismo, recurso retórico o adorno estilístico, sino como una categoría analítica que apunta a una tensión que se manifiesta en la superficie. Este desencuentro no constituye una contradicción real -o al menos manifiesta- entre la norma jurídica y la práctica política, sino más bien una disonancia interpretativa: una percepción de restricción, que no encuentra sustento en una prohibición expresa ni inequívoca en el texto legal. En otras palabras, lo 'aparente' revela más sobre las lecturas de la ley que sobre el contenido normativo en sí.
La Licencia Parental puede definirse como el permiso laboral remunerado otorgado a los progenitores —tanto madres como padres— con el fin de permitirles cuidar a sus hijos recién nacidos y garantizar un entorno de cuidado en sus primeros años de vida, etapa crítica para su desarrollo físico, emocional y cognitivo. Este beneficio les asegura que no perderán su empleo ni verán afectadas sus condiciones laborales.