Era previsible que en algún momento la Suprema Corte de Justicia emendara su error y retomara la ruta de su propia sentencia del 17 de noviembre de 1978.
Más que el factor económico, el primer impasse que debe sobrepasar una persona para decidir cambiar a movilidad eléctrica es el desconocimiento generalizado que se tiene sobre los aspectos tecnológicos, económicos y ambientales que conlleva el desplazamiento en un vehículo eléctrico.